domingo, 28 de septiembre de 2008

Pobladura 2008. Mochilero especial

Fotos: VITALE MÁQUINAS
En Pobladura 2008 tres pilotos nos jugábamos a una carta la Copa de España de Trial de Clásicas en la categoría PRE-77. Los tres llegábamos a Pobladura en un puño. Quien más posibilidades tenía era Francesc Carbonell, Kiku para los amigos, que encabezaba la clasificación provisional. Luego me situaba yo y a un palmo lo hacía Agustí Vila. Los tres con Bultaco, los tres sobre la Kit Campeón, la moto más efectiva de la categoría. Podía ganar cualquiera. En concreto, el particular duelo entre Kiku y yo dependía de quién ganara al otro, puesto que a no ser que Agustí fuera primero y ninguno de nosotros dos fuera segundo, el título iba a ser para Kiku o para mi. Todo a una carta.
La carrera puntuable para la Copa de España era el sábado, así que teníamos que ir con las pilas bien puestas.
Y el trial dio comienzo. Yo salía unos 6 minutos antes que Kiku así que estaba cantado que íbamos a hacer el trial juntos. Y pronto, muy pronto llegó una de las primeras claves del trial: la zona 1. Consistía en una especie de torrontera medio seca de tierra y raices por la que costaba subir limpio. Nos pasamos buen rato mirando y mirando la zona y pilotos haciendo treses y más treses. Sólo recuerdo haber visto un cero a Julián Sanz sobre su Fantic. Lo hizo soberbio, pero la zona tenía muy mala leche. Un pequeño error te hacía empezar a poner pies y ya no dejabas de hacerlo hasta arriba del todo. Había sin embargo una alternativa a todo aquello: se trataba de salir del cauce. Pero para hacerlo había que superar un escalón de un metro de altura aproximadamente, casi desde parado y sin casi agarre. Si se conseguía superar ese escalón el 1 o el 0 era posible, pero si se fallaba… el 5 estaba cantado.
Una vez analizada la zona yo tenía decidido ir por el cauce ya que el 3 parecía asegurado, y si encima tenías suerte podías hacer un 2. Menos era casi imposible. Y fue entonces cuando me acordé de mi padre. Es el primer trial en el que participo en el que él me falta, así que me estuve acordando de él todo el fin de semana. ¿Qué haría él en una situación similar?, “pensé”. Y entonces o tuve claro: me arriesgo sin duda. Es lo que él habría hecho. Estamos en un trial en el que en el fondo no nos jugamos nada, y lo que nos jugamos es eso: un juego. Realmente no nos jugamos nada. Si no tomamos riesgos aquí ¿dónde los vamos a tomar? ¿a la hora de elegir el colegio de los hijos? ¿En las decisiones importantes que te pueden dejar sin curro? ¿En la compra de la casa? En ese momento lo vi claro. Mi padre me aconsejó. Fue mi mochilero, en todo el trial. Arriesga que tú puedes, me dijo: metí primera con la cabeza en el escalón. Di el primer giro. La moto se quedó parada. Aguanté. Dirigí la mirada al escalón, apreté los dientes: gas sin compasión y arriba!!! Me dejé un pie pero saqué el resto de la zona a cero!!!!. Total un uno que sabía a gloria en la zona 1.
Posteriormente entraron Kiku Carbonell y Iñigo Ucelay y saldaron la zona a 5 por intentarlo también por el escalón. Ahí estuvo el trial!!! Los cuatro puntos que saqué a Kiku no son la clave. La clave fue sicológica.
El resto del trial fue un continuo marcaje entre Kiku y yo, y el final fue dramático porque nos quedamos sin tiempo material a cuatro zonas del final. Además tras un par de errores suyos le había cogido cierta ventaja en puntos, pero unos cuantos errores míos casi al final nos había dejado casi empatados otra vez. Las últimas cuatro zonas no nos marcamos porque yo tuve que volar literalmente en la interzona para llegar a tiempo a la meta.

Carlitos Zorzo. Junto con su ermano Tati, mis "otros" mochileros

En la zona 19, la penúltima sentí que perdía el trial definitivamente. Consistía en un rampón de tierra en el que se entraba en 2ª. Sin embargo yo decidí hacerlo en 1ª porque en la zona alta de la zona había un giro y no quería problemas. Una vez pasado el giro quedaba una rampita de tierra bastante puñetera. Al iniciarla sentí que la moto se quedaba sin tracción. Lancé el pie al suelo pero veía como irremisible que la moto se quedara sin tracción completamente y eso significaba el 5 y el final al sueño de revalidar el título. Sin embargo, en el último instante la moto recuperó la tracción suficiente para recuperar el avance hasta la salida de la zona. La moto ascendió cuando ya todo parecía perdido, a dos zonas del final. La última zona, la 20 la saldé con un cero.

El final no pudo ser más ajustado: en mi tarjeta 21 puntos, en la de Kiku 22. El desempate por puestos me daba la segunda Copa de España de Clásicas PRE-77.


Gracias a mi padre, mi mochilero.